Elsa, princesa de Arendelle, tiene poderes que le permiten crear hielo y nieve de la nada. Sin embargo, una noche, mientras juega con su hermana pequeña Anna, la hiere y la congela. El rey y la reina llevan la niña con los trolls para que la curen, pero éstos ya advierten que el poder de Elsa puede ser un peligro. Anna se recupera y olvida los recuerdos que tenía. Mientras tanto, los reyes aíslan a su hija mayor en su habitación mientras aprende a controlar sus poderes. Pero, cuando las chicas son ya adolescentes, sus padres mueren en el mar y, con la mayoría de edad, Elsa se convierte en la nueva reina. En el baile de coronación, Anna conoce un joven, Hans, y se promete.
Al descubrirse públicamente sus poderes, Elsa huye asustada de la reacción popular y se esconde en lo alto de la montaña más alta, donde puede ser ella misma. Su marcha, sin embargo, ha dejado Arendelle en un invierno perpetuo, por lo que Anna sale a buscarla para pedirle que deshaga el hechizo. Por el camino se alía con un joven montañoso, Kristoff, y un
muñeco de nieve animado llamado Olaf. En el castillo de Elsa, sufre de nuevo el rechazo de su hermana, quien además envía un monstruo para proteger la entrada, lo que provoca que los lugareños organicen partidas de ataque.
Elsa sin querer lanza un rayo de hielo que toca a Anna, la que morirá si no recibe un beso de amor. Kristoff la lleva rápidamente con Hans, pero éste revela que sólo la quería como esposa para robarle la corona y que no la quiere. Mientras Elsa cae prisionera. Kristoff la alerta del destino de su hermana y ella prueba de ayudarla. Hans intenta matar a Elsa en un combate final donde
la princesa Anna se interpone y lo evita antes de convertirse en una estatua de hielo. Elsa llora desconsolada ante el desastre y con su amor deshace el hechizo. Entonces asume el reino sin ocultar sus poderes, vistos ahora como positivos por el pueblo, y su hermana marcha con Kristoff.
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